Las Estaciones del Amor
Una relación
es como un jardín. Para tener éxito debe ser regada regularmente.
Debe cuidársele especialmente tomando en cuenta las estaciones así
como cualquier fenómeno climático caprichoso. Deben sembrarse
nuevas semillas y la maleza debe ser retirada. De la misma manera, a fin de
mantener viva la magia del amor tenemos que comprender sus estaciones y alimentar
las necesidades especiales del amor.
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La primavera
del amor: enamorarse
es como la primavera. Pensamos que seremos felices para siempre. No podemos
imaginar que alguna vez dejaremos de amar a nuestra pareja. Es un tiempo
de inocencia. El amor parece eterno. Es un tiempo mágico en que todo
parece perfecto y funciona sin esfuerzos. Nuestra pareja parece ser la contraparte
perfecta. Bailamos sin esfuerzo juntos en armonía y nos regocijamos
de nuestra buena fortuna.
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El verano del
amor: nos damos cuenta de que nuestra pareja no es tan perfecta como
pensamos y de que tenemos que trabajar en nuestra relación, No sólo
nuestra pareja es de otro plantea, sino que es también un ser humano
que comete errores y de alguna manera es imperfecto. Surgen la frustración
y la decepción: las malezas tienen que ser sacadas de raíz
y las plantas necesitan un riego adicional bajo el sol cálido. Ya
no es tan fácil dar amor y recibir el amor que necesitamos. Descubrimos
que no siempre estamos felices y no siempre nos sentimos afectuosos. Esta
situación no coincide con nuestra imagen del amor. Se necesitan estimular
las necesidades de nuestra pareja así como pedir y obtener el amor
que necesitamos. No ocurre en forma automática.
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El otoño
del amor: como resultado de atender el jardín durante el verano,
cosechamos los frutos de nuestro duro trabajo. Ha llegado el otoño.
Es una época dorada, rica y satisfactoria. Experimentamos un amor
más maduro que acepta y comprende las imperfecciones de nuestra pareja
así como las propias. Es una época de acción de gracias
y de participación. Al haber trabajado tanto durante el verano podemos
relajarnos y gozar del amor que hemos creado.
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El invierno
del amor: entonces el clima vuelve a cambiar y llega el invierno. Durante
los meses fríos e infecundos, toda la naturaleza se repliega sobre
sí misma. Es una época de descanso, reflexión y renovación.
Es la época de las relaciones en que experimentamos nuestro propio
dolor no resuelto o nuestra personalidad sombría. En ese momento
caen nuestras restricciones y emergen nuestros sentimientos dolorosos. Es
una época de crecimiento solitario en que tenemos que mirarnos más
a nosotros mismos que a nuestras parejas en busca de amor y satisfacción.
Es una época de soluciones. En donde los hombres hibernan en sus
cuevas y las mujeres se hunden hasta el fondo de sus pozos.
Después de
amarnos y aliviarnos a través del oscuro invierno del amor, la primavera
regresa entonces inevitablemente. Una vez más recibimos la bendición
de los sentimientos de esperanza y amor y de una abundancia de posibilidades..
Basándonos en el alivio interior y en la búsqueda del alma
de nuestro viaje invernal, estamos entonces en condiciones de abrir nuestros
corazones y de sentir la primavera del amor
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Ve con la persona que desde hace mucho tiempo creyó
que "Tú" y "Yo" podríamos formar un excelente
"Nosotros". De paso ya que andas por ahí le das las gracias
de mi parte por darme o darnos el empujoncito que necesitabamos para darnos
cuenta.
La Letra de esta Pista es la "B"